martes, 30 de septiembre de 2008

Barra bravas en nuestro paìs: La Argentina violenta


La violencia en el fútbol, en la que se incluye la actuación de las barras bravas, es un fenómeno social que afecta a la Argentina desde comienzos del siglo XX. Desde el primer asesinato, ocurrido en 1924, hasta 2008, este fenómeno se ha cobrado 227 víctimas fatales y una gran cantidad de heridos. En ese período, sólo 16 casos terminaron en condena, involucrando a 33 personas.

El origen de la violencia en el fútbol se remonta a un partido disputado por Argentina y Uruguay en 1916. Debido a la sobreventa de entradas comenzaron a producirse desmanes en las tribunas, las cuales terminaron incendiadas.

En el período que va desde 1924 a 1957 "sólo" se habían producido 12 muertes relacionadas con el fútbol. Pero a partir de fines de la década de 1950 el fenómeno cambia. Luego de la muerte de Linker, en el 1958, en el fútbol argentino inicia una etapa de "acostumbramiento" a la violencia, comenzando a conocerse a los grupos organizados de hinchas violentos como Barras Bravas. Este período además se caracteriza por un incremento en el número de muertes. De acuerdo con Amílcar Romero, entre 1958 y 1985 se producen en Argentina 103 muertes relacionadas con violencia en el fútbol, es decir, en promedio una cada 3 meses.

En este período, además, comienzan a institucionalizarse los grupos de hinchas violentos, quienes son financiados por los dirigentes. A partir de este momento la violencia crece, y estos grupos comienzan a ser utilizados también para la política.

Barra bravas en la historia

El término barra brava se emplea en América Latina para designar a aquellos grupos organizados dentro de una hinchada que se caracterizan por producir diversos incidentes violentos, dentro y fuera del estadio, despliegue pirotécnico y cánticos empleados durante el desarrollo de los partidos.

Originalmente denominados barra fuerte, por el vespertino argentino La Razón en octubre de 1958, a raíz del asesinato policial del joven Mario Linker en el partido entre Vélez Sársfield y River Plate. El término aparece en Argentina a comienzos de la década de 1960, y luego se fue extendiendo su uso por toda América Latina. En Brasil se los denomina "torcidas organizadas", mientras que en otros continentes son conocidos como hooligans o ultras.

Generalmente las barras bravas, también llamadas el grueso de la hinchada, utilizan banderas (denominadas trapos) y diferentes instrumentos musicales. Las barras bravas también se caracterizan por ubicarse en las tribunas populares, aquellas que frecuentemente carecen de asientos y donde los espectadores deben ver el partido de pie.
Tradicionalmente, se ha asociado a las barras bravas con la marginalidad urbana, y el consumo de alcohol y drogas. En general, en la mayor parte de América estas barras están conformadas por jóvenes entre los 14 y 25 años,[1] mientras que en Argentina es posible encontrar a personas mayores, pues poseen una tradición más arraigada. En los distintos países de América Latina estas bravas han adquirido notoriedad progresivamente, al menos desde comienzos de la década de 1990.

"Trabajo de hinchas"

El fútbol, el deporte más popular en la Argentina, tiene un costado triste. Más de 200 personas muertas (más que en la tragedia de Cromañon), miles de personas heridas, con secuelas permanentes y otros miles con daños de otra naturaleza, es el saldo de la violencia en el fútbol argentino. Los violentos, se escudan en lo que se da en llamar “la barrabrava”, grupo de choque, que es sostenido o tolerado por los dirigentes, los jugadores o el mundo de la política. Es opinión los dirigentes futbolísticos, por acción u omisión, son uno de los grandes responsables de la violencia del fútbol, ya que la mayoría de las instituciones deportivas, están habitadas por hinchas "profesionales", es decir que viven de su "trabajo" de hinchas. Algunas veces, la policía con su accionar, también es generadora de violencia en el fútbol, sin olvidar a los políticos y/o funcionarios que utilizan los violentos para llegar o sostenerse en el poder. Los que creemos que esta situación puede cambiar y que existe una luz de esperanza, tenemos la obligación de pensar la política de la esperanza en el fútbol y la forma de cambiar esta realidad violenta.

martes, 23 de septiembre de 2008

La pelota así se mancha


Permanente nos hayamos sometidos a las noticias referentes a la violencia en las tribunas de fútbol, la cual, hoy en día se ha convertido en una enfermedad que azota a este deporte de manera constante. Ver un partido de fútbol no resulta tan fácil como décadas atrás y poco a poco este espectáculo digno de disfrutar ha sido reemplazado por la seguridad, comodidad y tranquilidad que implica “ver el partido desde casa”.